miércoles, 5 de agosto de 2009

QUÉ HACER CUANDO EL NIÑO VUELVE A MOJAR LA CAMA

Si el niño ya ha controlado esfínteres y después de seis meses vuelve a orinarse, un problema emocional puede estar escondido detrás. El tratamiento consiste, primero, en hallar la causa.
Si usted se orinaba en su cama es posible que le haya tocado el ‘remedio’ de arrodillarse sobre unos ladrillos calientes durante un buen rato, para que se le quitara la costumbre. Pero a pesar de aguantarse la cura con sabor a tortura, usted volvía a descargar su vejiga noche tras noche y no precisamente en el baño.
Y todo esto, gracias a que anteriormente se creía que los niños que volvían a orinarse después de controlar esfínteres eran desaplicados o buscaban llamar la atención. Sepa primero que estas conductas tienen un origen hereditario y, si usted se orinaba en la cama, muy seguramente alguno de sus papás lo hizo y puede que sus hijos no se salven.

Entre los 15 y los 18 meses, el organismo del niño está preparado para cambiar el pañal por la bacinilla. Algunos empezarán antes y otros después, porque es un proceso individual, que además de los factores familiares, se debe al tiempo de maduración del sistema.
Para empezar este proceso, la pediatra experta en medicina biológica María Teresa Guarín recomienda a los padres que “entren con él al baño, que él use la ‘mica’, quitarle la angustia; cuando haga popó no decir ¡Uy! pero qué feo, qué asco”. Algunos expertos sugieren que la materia fecal se bote al inodoro, después de que el niño sale del baño, para que no sienta que lo están despreciando. El pediatra Gonzalo Franco aconseja que “después de que el niño come, hay que darle la ‘mica’, nunca ponerlo en el baño para que le cuelguen los pies. Debe tenerlos apoyados en el piso para que esté cómodo y, si el niño se levanta rápido, nada de agredirlo sino distraerlo. Si lo hace, celebrarlo”.

Cuando se vuelven a orinar:
Si pasan seis meses después de que el pequeño ha dejado el pañal y de repente vuelve a mojar la cama, se conoce como enuresis secundaria. Lo primero que deben entender los padres es que se debe a un fenómeno involuntario, y castigarlo o regañarlo solo le aumentará la inseguridad y reafirmará esta conducta.
Para Guarín, “hay que buscar una causa neurológica o urológica, como una infección urinaria, incluso diabetes, que ahora ha aumentado. Pero generalmente un factor muy importante es el emocional. Un niño empieza a orinarse cuando está ansioso o cuando siente agresión”.

Las causas emocionales más frecuentes, señala el pediatra Gonzalo Franco, pueden estar relacionadas con la llegada de un nuevo hermano, y la manera más frecuente de intentar recuperar la atención es portándose como un bebé. Eso incluye orinarse en la cama.Pero también están presentes las emociones de los padres. Si la pareja vive en una disputa constante o alguno de los dos está estresado, el pequeño se sentirá preocupado y vulnerable. Pero cuando además de orinarse, hace popó, las causas emocionales pueden ser más preocupantes. Una consulta con el médico revelará el origen del problema.

Una alarma y un calendario:
Lo más importante para ayudarle al niño a solucionar la situación es tener paciencia y tomar las medidas necesarias después de encontrar el origen. “Yo llevo 25 años de experiencia profesional y no he tenido un caso que sea físico, son todos emocionales y es un llamado que el niño nos está haciendo para pensar por qué está ansioso, de dónde está recibiendo la agresión”, señala la pediatra María Teresa Guarín.
En ocasiones, los niños deben recibir medicamentos que ayudan a disminuir la cantidad de orina y esto, además, les genera confianza. Otro método consiste en poner unas alarmas que van unidas al pañal o al colchón. Cuando el niño se moja, estas se activan y su objetivo es que el pequeño se despierte y termine de orinarse en el baño.
Un método muy útil es emplear un calendario y dejarlo a la vista en la habitación del niño. Cuando pase una noche sin orinarse se pone una estrella o una carita feliz y se celebra el logro.

Antes de ir a la cama:
Los especialistas recomiendan tomar las siguientes medidas para ayudar a controlar el problema:

· El niño debe tomar líquidos solo hasta las 4 de la tarde. Si tiene ganas de ir al baño, el pediatra Gonzalo Franco recomienda aguantar un corto tiempo, para que la vejiga se vaya haciendo más grande y así aumente su capacidad.

· Si el niño se acuesta por ejemplo a las 8 de la noche, se le debe llevar antes al baño. Cuando los padres se vayan a dormir, por ejemplo a las 10 u 11, deben levantarlo otra vez para ir al baño.

· Ponga un plástico sobre el colchón para evitar que pase la orina.

· Nunca le ponga pañal, porque esto solo oculta el problema.

· El baño en donde el niño orine debe estar bien iluminado durante la noche.

· Dígale que repita antes de acostarse, como ejercicio mental, ‘debo ir al baño’.
· Siempre felicítelo cuando vaya al baño. No olvide que regañarlo incrementa el problema.

Por Juliana Rojas. Redactora ABC del bebé.

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